El hecho de cumplir años es el momento idóneo para festejar y dar gracias a Dios por darnos este regalo de la vida. Soy muy afortunado por compartir la alegría con mi familia, hermanos, amigos y, sobre todo, con mi nieto, que va creciendo en estatura y sabiduría: es un niño muy simpático que sorprende y cautiva con su dulce sonrisa.
Hoy, 28 de noviembre, subo un peldaño más en el peregrinar cotidiano de la vida. Según dice una sentencia, “lo más sabio y acertado es dar vida a los años” y eso es lo que estoy haciendo: viviendo el presente con toda la alegría posible.
El jesuita Baltasar Gracián dijo:
“ A los veinte años, un hombre es un pavo real; a los treinta, un león; a los cuarenta, un camello; a los cincuenta, una serpiente; a los sesenta, un perro; a los setenta un mono; a los ochenta, nada". Así que, según nuestro escritor, estoy muy cerca “del nada”.
“El marrano” no figura en la enumeración de Gracián pero, según los sobrenombres que tienen los loteros para cada número, este animal significa el número SETENTA Y NUEVE. Y para más guasa (una pavada más) se me ha ocurrido comprar la Lotería de Navidad con la terminación en 79, que no ha sido nada fácil.
“Más confío en el trabajo, que en la suerte(Proverbio latino)