sábado, 22 de mayo de 2010

LA MAGIA DEL FÚTBOL

En tiempos de mi niñez teníamos una afición muy grande por el fútbol y todo lo que éste implicaba: jugar, ver partidos, coleccionar cromos... Era verdadera pasión por completar el álbum que previamente nos habían comprado nuestros padres. El que conseguía terminarlo, se consideraba muy afortunado. Esta costumbre no se ha perdido: basta con ir un domingo al rastro y ver a los chavales (y ahora también las chicas) haciendo gestiones para el intercambio o venta. Las editoriales, con la misma picardía de entonces, procuran retardar la aparición de las figuras más famosas para darle más emoción a los coleccionistas. Me acuerdo de que, en su día, todos los chicos del barrio preguntábamos por Epi, Amadeo Mundo, Asensi y Gorostiza, que formaban la “delantera eléctrica”del Valencia.
Los domingos que había partido en el campo de Fútbol Calvo Sotelo de Melilla nos juntábamos la pandilla para poder entrar gratis. Nos poníamos más guapos, nos separábamos del grupo, un poco alejados de la entrada y cuando veíamos alguna persona o matrimonio, nos acercábamos a ella, poníamos cara de pena y le pedíamos por favor que nos agarrara de la mano como si fuéramos de la familia y así poder entrar gratis. En aquellos tiempos, los niños no pagaban el billete.
Una vez dentro, le dábamos las gracias a nuestro cómplice y nos volvíamos a reunir los amigos. Esto de estar en grupo dentro del campo originó cierto mosqueo por parte de algún vigilante por lo que, visto el mal resultado, cambiamos de táctica y nos quedamos cerca de la persona que nos había ayudado a entrar.
¡ No sé qué clase de gancho tienen el fútbol y la fe que en él ponemos. que desde muy antiguo es tan seguido y practicado por pequeños y por mayores!
“El fútbol es la única religión que no tiene ateos”

domingo, 2 de mayo de 2010

UNA “OPERACIÓN TRIUNFO” DIFERENTE


Todos los años por estas fechas, los chicos del Club Amigos celebran un festival llamado “Operación Triunfo”. Está organizado por ellos mismos, con sus presentadores y jurado correspondiente. El último fue un acontecimiento digno de ver, en el que los artistas, alegres y satisfechos, llegaron a conectar plenamente con el público, que no cesó de lanzar sus vivas y aplausos durante minutos. No cabe duda de que el subir a un escenario es positivo y enriquecedor, puesto que se fomenta en ellos la amistad, el compañerismo y la superación personal.
En el evento puede participar todo aquel que lo desee, ya sea con bailes o cantos. Puede que les cueste más tiempo aprender, un mayor número de ensayos, pero todo lo consiguen gracias a su empeño y tenacidad. Deberíamos aprender de ellos y no desanimarnos tan fácilmente con las cosas que nos suponen un esfuerzo.
Es alentador trabajar con estas personas que tanto nos dan. Todo lo que damos, vuelve a nosotros y, por lo general, con creces.